calma

Yo no sé cómo voy a llegar a los cincuenta, si es que llego a tantos años... con esta tensión, esta angustia, este ahogo que me producen los avatares "normales" de la vida. No sé cuál es mi destino, ni creo querer saberlo, quizás no existe destino, aunque tampoco pretendo entenderlo. Lo que anhelo es esa paz, esa tranquilidad, esa bonanza y serenidad. Que la gente sea buena y la mala sea yo; porque yo, yo misma, mi misma, yo... sé que mi maldad no puede perturbar, que mi maldad es en el fondo sólo la sinceridad.