"Pero qué horror! digo, mofándome de mi imagen en el espejo. Observo primero mi cuerpo desnudo y después el de la modelo de la revista, levantándola e intentando calcular mentalmente las proporciones en relación con mi talla, comparando las formas y las curvas. Ni de coña es tan perfecto el mío como el suyo. Mis pechos son demasiado pequeños. Jamás saldré en la revista porque no soy carne de revista. No me parezco a ella.
NO ME PAREZCO UNA PUTA MIERDA A ELLA.
Lo más horrible que puede decirme un hombre es que tengo un cuerpo estupendo. Porque no quiero tener un buen cuerpo, un cuerpo estupendo, precioso, bello. Quiero tener un cuerpo lo bastante bueno para salir en las revistas y si lo tuviera saldría; si no salgo es porque no lo tengo. Se me está corriendo el rímel por las lágrimas; ¿y por qué lloro? Porque así no voy a ningua parte, por eso.
NO SALGO EN LAS REVISTAS.
Y me dicen que tengo un cuerpo estupendo porque quieren follar conmigo, porque les excito. Pero si una de las chicas de esa revista quisiera tirárselos, ni me mirarían. De modo que aquí estoy y sé lo que estoy haciendo, sé que estoy luchando sin parar contra las imágenes negativas de perfección con las que me bombardean unos medios con los que estoy totalmente obsesionada. Y sé que cuantos más hombres se sientan estimulados por mí, más necesito compararme con otras."
Porno.
Nunca habría imaginado que alguien totalmente ajeno pudiera describir tan perfectamente lo que he sentido yo misma en mil ocasiones, si no es que siempre. Creía que nadie podría tener ni la remota idea de como una se siente ante estos medios que absorben toda posible autoestima. Cuanto más te idolatran, peor te ves. No sé, será que ya no puedo creerme a nadie por culpa de la hipocresía y la falsedad que todo el mundo desprende. Y eso que es un libro, pero no hay mejor descrpición.
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