when the stars fall from your sky?
22.4.10
el dolor del arrepentimiento
Nunca me ha gustado la sensación de arrepentimiento y menos cuando es por algo que me gustaría haber probado, pero que no he llevado a cabo. Por eso siempre intento hacer lo que quiero, aunque eso tenga malas consecuencias. Ahora, sin embargo, estoy arrepentida; no es de hecho que no hiciera algo por lo que me muero, sino que no sabía como enfocarlo. Ha pasado el tiempo, ha pasado la oportunidad; no me moví y ahora lo lamento.
19.4.10
come and sleep with me
Lo soy todo en mis sueños y nada cuando me levanto. Soy mucho dormida y muy poco cuando suena el despertador. Soy muchos sueños, soy muchas deliridades. Lo cierto es que no me importaría nada vivir en un mundo onírico, pues es el único que materializa mis deseos. ¡Shhhhht!
14.4.10
13.4.10
ya ves
No puedes competir con según qué. Tienes que asumirlo. Si quieres un consejo, no lo intentes nunca. Todo es relativo y claramente efímero. Crees conocerte y conocer a los demás, pero pecas siempre de lo mismo. Maldita sea, siempre caigo en el mismo pozo.
life rules
I would leave everything I have if you asked me for it. I would accept any stupid proposal if you could show me you'd do the same. Well, I lie, truly and sadly, I would do it anyway.
11.4.10
make love not war
Hoy es un gran día. Paseando en solitario me he dedicado a reflexionar y he encontrado algunas soluciones. No son fáciles de llevar a cabo, pero sí muy esperanzadoras. He descubierto que la felicidad no se mide ni por la belleza ni por el dinero. Se mide por lo que uno consigue, lo que uno hace por los demás, lo que uno lucha pacíficamente. Creo que he hallado parte de mi camino. Ya da igual vestir mejor o vestir peor. Ya no importa ver la tele o no verla. Ya no me gusta ser parte del maltrato. Ya no creo en la guerra como solución. No quiero un vestido Prada, si puedo tener un trapo con significado. No quiero mirar la tele, si puedo leer y no compartir la caja tonta. No quiero comer carne, porque eso significa maldad. No quiero usar la violencia, si puedo luchar mediante la paz. Sé que no va a ser fácil, pues llevo una vida típicamente basada en lo comercial, en el consumo absurdo, en el consumo de carne, en el consumo excesivo, en las prioridades individuales. Pero me he decidido a cambiar: si necesito unos zapatos me los compraré, pero no los voy a escoger en base a la marca o a algún otro factor superficial; la moda seguirá gustándome, pero nunca pretenderé ser una chica perfecta más; la belleza me va a preocupar, pero voy a intentar ser el icono de la hermosura imperfecta; miraré la televisión, pero en menor medida y no por gusto, sino por resignación; comeré carne, pero ciertamente en contra de mi voluntad; voy a ser testigo de violencia, es verdad, pero voy a optar por el "make love not war". La vida es sencilla por naturaleza, todos podemos vivir con menos, todos podemos ayudar. ¿Por qué dar de comer cereales a unos animales infelices por el tratamiento que reciben, si podríamos hacerlos felices dejándolos en libertad y al mismo tiempo dar de comer a toda la humanidad?. Me horroriza la crueldad de nuestro mundo. Y soy consciente que mi aportación va a ser poco y menos. Pero, ¿realmente alguien que colabora con menos, que come carne sin pensar, que viste pieles sin remordimientos, que manda bombas sin esfuerzo o que vive por su físico para ser, simplemente, más deseado, puede reprocharme que no hago lo suficiente? Creo que no. Poquito a poco lo voy a conseguir. ¿Qué importa en la vida sino la igualdad y el amor entre personas, la paz y la solidaridad, el proponerse metas y el vivir con libertad?
"Una persona que tiene miedo a cambiar sus hábitos de vida, y en especial su forma de comer y beber, porque teme que los demás la tomen por excéntrica, rara o fanática, olvida que su cuerpo le pertenece, tanto como la responsabilidad de su bienestar, y que precisamente eso no incumbe a los demás" (Dr. Paul Brunton). Según estas sabias palabras, tendría que imponer mi voluntad, ya que no quiero perder la propiedad de mi vida, ni la responsabilidad sobre mi cuerpo. Pero debo hacerlo poquito a poquito: si antes ya me consideraban la culpable de todos los males, la chica rebelde que no se conforma con lo normal, mi apuesta por un mundo mejor puede suponerme el ser vista como una loca con ganas de chinchar.
Pero no importa porque hoy sí, hoy es un gran día.
me chifla
Es una de esas pequeñeces de cada día que convierten mi vida en algo mejor. Mucho más que un gran episodio o un espectacular suceso. Es algo con lo que me sorprendo a mí misma, algo que me llena de vitalidad. Cuando voy por la calle, sea como sea, vaya como vaya, camine con quien camine, me gusta, me encanta, me chifla mirar a los ojos de los transeúntes. Busco sus ojos y encuentro su mirada. Normalmente él o ella caminan en dirección contraria a la mía, por lo que nuestros ojos comparten tan sólo unos segundos de intimidad. Como si nos conociéramos de toda una vida o como si quisiéramos contárnoslo todo. Cada vez la sensación es distinta, pero lo cierto es que casi siempre, cuando nuestros ojos ya no pueden seguirse más, me río como una boba. Me imagino qué habrá pasado por su mente: ¿Se habrá fijado en mis ojos como algo físico: atractivo o no? ¿Le habrá gustado mi descaro? ¿Le habrá puesto nervioso? ¿Habrá estado escuchando a quien le hablaba a su lado o por el contrario habrá desconectado para centrar su atención solamente en mí?. La verdad, no sé qué extraña razón me incita a hacerlo, no comprendo por qué motivo me gusta encontrar miradas y hacer que me sigan hasta que ya no puedan más. Quizás es morbo o quizás un simple juego. Seguramente ambas cosas.
8.4.10
no desespero
¿Adónde ir cuando no soy siquiera capaz de encontrar un lugar calmado en mi propia mente? ¿Al lugar de donde vengo? No lo conozco. ¿A ese sitio con el que sueño? No puedo. ¿Al infinito? Buena opción. Sólo falta encontrar el camino.
piérdeme
Que yo sepa, nadie en el mundo es perfecto. Yo no lo soy, ni lo seré jamás. Puede que sea cierto que no sirvo para nada, pero ¿qué puedo hacer yo? ¿cambiar? No es mi estilo. Antes, mo-rir-me. No tengo miedo, sino unas extrañas ganas de yacer en tranquilidad. ¿Acaso no existimos para exprimir la vida al gusto? Pues eso, gracias por mostrarme que existe un precipicio, todo un lujo ser consciente de ello.
6.4.10
ese valor
Es difícil dar pasos en la vida, te lo aseguro. Y mas aún cuando se trata de dar pasos que sabes de antemano que pueden ser dolorosos, muy, muy dolorosos. Pero no quiero contenerme, ya que hasta el momento no me ha servido de nada. Puesto que soy de esas personas que creen que el que algo quiere algo le cuesta, debo intentarlo. Soy como soy, no puedo evitarlo: hago lo que creo en el momento que lo creo; no me gusta fallar a mis ideales, es más, es lo que menos me gusta del mundo. Yo soy rebelde si creo que debo serlo, yo doy la cara si creo que debo darla, yo no me callo si creo que no debo callarme; pero al mismo tiempo me rebajo si la verdad es que necesito lo que perdí. Es así, tan simple y tan complicado; tan sincero y tan traidor. No soy miedica, no lo soy, no lo he sido y no lo seré. Lo haré. Ya sé que aunque la recupere no debo encerrarme en ella, pero me gustaría tanto... Sea cual sea el final de esta historia, sé que debo abrirme horizontes, conocer gente nueva y olvidar esos años de mucho "amigo" y demasiada gente, pues lo cierto es que poco me aportaron. El problema es que no sé cómo hacerlo, cómo caminar hacia el futuro, cómo abrir esas puertas. Y cuando lo sé, no lo puedo hacer... ¡vaya!
4.4.10
es sencillo

Me he limitado a vivir. Me he dado el capricho de no pensar. Puede que los simples tengan razón, que no necesitemos nada más para ser felices, que ni las ambiciones intelectuales, ni las complicaciones mentales sirvan de nada. Me he dedicado a ser yo, ¿qué más se puede pedir? Que no terminen los pinchos, ni las cañitas, ni la horchata, ni las terracitas al sol.
Un nuevo aliento, más fuerzas para continuar.
Subscribe to:
Posts (Atom)