(in)decisiones

De ninguna manera puedo ser tan indecisa. No es bueno, lo digo de verdad. En banalidades soy la más decidida del mundo, pero ¡qué va! en lo que tiene algo de importancia no consigo decir sí y estar convencida de ello, o decir no y convencerme de que las renuncias también son valientes. Cuando me despierto tengo una idea, cuando me lavo la cara otra rotundamente distinta. No puedo seguir así. Decididamente...